jueves, 30 de agosto de 2007

Yo, les creo todo

Si estos muchachos dicen que van a dar todo de sí, lo van a hacer. Si dicen que pasarán a cuartos, lo harán. Es que estos muchachos no saben mentir, todo lo que han aprendido durante sus 17 años lo han plasmado en la cancha con esfuerzo, entrega, donosura y buen fútbol. Estos muchachos que hubieran preferido quedarse en sus casas, estudiar, flirtear, pichanguear, bailar o hacer algo que el común de los chicos de esa edad haría, prefirieron privarse de muchas cosas para salir a representar al Perú en un mundial de fútbol. Atrás quedaron esos años en los que se anhelaban llegar a un mundial y evocaban figuras ochenteras. Hoy sólo basta prender el televisor, sintonizar el 9 y sentarse a hacer arengas a los jotitas, calificativo que viene del mentor y guía de este grupo humano: Juan José Oré. Es que no hay mejor manera de llegar a un mundial, ganando, gustando, sufriendo. Ahora, el sufrimiento es parte de la victoria, lo que más cuesta más se aprecia, y ellos han sabido canalizar todas nuestras energías en victorias. Partido tras partido, se hicieron un espacio en las mentes de los peruanos, posicionamiento le dicen. Ellos jugaron y cuál coca-cola su marca quedó registrada en nuestras mentes. Lo que parecía una palomillada de barrio se fue acrecentando hasta llegar a clasificar al mundial sub-17 en Corea. Luego, en un exceso de humildad quedaron primeros en su grupo. Quizá no estemos acostumbrados a ver o escuchar estos resultados pero será mejor que nos vayamos acostumbrando ya que lo que le sobra a esta generación, es entrega y amor a la camiseta. Sí, ese amor que tanto se le reclama a la selección de mayores, pero ese es un caso aparte. El partido de ayer, nunca quedará al olvido pues se ganó, con mucho esfuerzo, es cierto, pero con la misma mentalidad con la que salieron de su patria. A pesar del mal estado de la cancha supieron presionar, atacar, contragolpear hasta hincar el primer gol en el arco tayico. Éste llegó luego de que Correa desbordara trágicamente por la derecha y cediera el balón para Avila, éste no supo pegarle y dejo la pelota suelta dentro del radio de Manco que conectó magistralmente para sellar el primero del día. Pero fue el estado de la cancha el que nos fregara la significativa amanecida pues luego de dos minutos que hiciéramos el gol, los tayicos patearon la pelota -porque de eso se trata el fútbol- y grande fue la sorpresa ya que tomó rumbo hacia nuestro arco y resbalado el grass para finalmente quedar dentro del arco para asombro de todos. Los siguientes minutos fueron un 60% para Perú, un 30% para Tayikistán y un 10% para sus calambres. Cerca al crepúsculo de las 2 horas de partido, Perú tocaba las puertas pero faltaba el gol. Tayikistán por su parte venía avanzando de atrás y faltando unos minutos estrelló un disparo en el travesaño de Hermoza, gracias a Dios este no pasó de ser un hecho aislado. Terminó el partido y esto tenía que definirse por penales. El miedo de la definición por penales invadió seguramente a todos los peruanos, menos a los jotitas que estaban preparados para todo. Cierro mis ojos: Hermoza atajando el primer penal y luego Avila haciendo el gol de la victoria. Mejor victoria, no podemos festejar; mejor alegría, no podemos contener. Estos muchachos lo han hecho, pasaron a los cuartos y esperan tranquilamente a su rival, Ghana. Después de esto: “Yo, les creo todo”.

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martes, 28 de agosto de 2007

A propósito del Rock es cultura (I)

Es el segundo post que me atrevo a colgar, y en esta oportunidad deseo elevar a la categoría de grandiosos a la mítica banda de seattle: Pearl Jam. Ciertamente, busqué algo de información –al puro estilo de Bryce Echenique- sin mayor fortuna, por lo que me aventuré en escribir sobre Pearl Jam. Mis únicas fuentes fueron wikipedia, y una que otra página en español al respecto. Bueno pues amigos, les invito a hablar del mundo del grunge de la mano de Pearl Jam: a los seguidores que lo recomienden y los interesados que lo escuchen.

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lunes, 27 de agosto de 2007

Yo viví el terremoto del 2007 ?

Tenía programado levantarme tarde. Era un sábado, había arreglado todo para que ese día pueda dormir unas horas más, pero en ese momento suena el celular. Qué desgracia tener que contestar a esa hora, eran las 7:45am, pero la llamada que recibí era algo más desgraciado que el hecho de haberme despertado prematuramente. Era un amigo del trabajo que me llamaba para decirme que ya no era necesario que vaya al hospital a donar sangre para su padre que se encontraba internado ahí hace más de un mes y que necesitaba sangre. Mientras me daba la noticia la voz se resquebrajaba. Con una voz cavernosa le dije que lo sentía y que su padre debía estar mejor donde estuviese ahora, en realidad yo despertaba y no tenía mayor argumento que ése. En fin, la noticia me desconcertó un tanto y me hizo pensar en que los planes que había hecho yo, no los había hecho Dios, que Él era el que destinaba nuestras acciones, nos daba la vida y a la vez nos la quitaba, nos colocaba acá y luego allá. Eso me reconfortaba y a la vez me perturbaba. No tenía por que. Rápidamente le di trámite como parte del protocolo del desayuno a una tasa de leche y unos panecillos con jamonada, no había otra cosa que me gustara en la refrigeradora. Mientras desayunaba junto a mi mamá pensaba en que escribir en el blog. Cuál era la idea de este blog, que finalidad tenía escribir para que otros lo leyeran y comentaran. Pensaba en un bog de noticias, actualidad, música, libros, ideas de negocio, política. Aún sigo debatiendo sobre el fin de este blog. Mientras ocurre eso y a raíz del terremoto ocurrido hace 10 días en nuestro país y con mayor intensidad en el sur chico me propongo inicialmente tocar este tema en honor a nuestros compatriotas, además creyendo firmemente que este pueblo saldrá y sabrá reponerse de este hecho, quizá y lamentablemente a espaldas del estado que una vez más da muestras de su ineficiencia. Es seguro que para muchos de nosotros en el momento -y me siento mal por eso- en que la tierra comenzó a sacudirse nos pareció que pasaría en algún momento y que simplemente se tenía que mantener la calma, y fue así, la tierra literalmente calmó pero luego nos remeció con mayor ira. De pronto me imaginaba a alguien que perversamente nos calmaba atenuando el movimiento y luego sátiramente lo hacía incontrolable. Los postes eran plastilinas, las casas al igual que nuestras piernas flaqueaban temiendo lo peor. Llego el momento en el que todo se apagó, el suelo aún se sacudía y la gente estaba totalmente invadida del pánico. Finalmente paró, todos se encontraban bien físicamente pero emocionalmente estaban destrozados, el seísmo había arrasado con cualquier rezago de tranquilidad. Describo los largos minutos del movimiento telúrico en pocas palabras ya que fueron pocas las consecuencias desde donde estoy escribiendo: la comodidad de mi escritorio que desgraciadamente no sufrió tampoco algún daño. Reitero, me siento mal por nuestros hermanos de Chincha, Pisco e Ica y aquellos que quedaron desposeídos y que de seguro la vida no volverá a ser la misma; son ellos quienes tienen la palabra y el merecido apoyo moral. ¿Apoyo moral? Sé que todo el Perú ha respondido a esta catástrofe –Sí, señor presidente, ¡catástrofe!”- positivamente, desde acá saludo la iniciativa solidaria de todos los que han estrechado la mano pero eso no es todo: los que aún no han dado pues tienen (deber ciudadano) que hacerlo y los que ya lo hicieron y tienen las posibilidades pues no sólo te jactes de decir en el futuro: “yo viví el terremoto del 2007”; sino siéntete orgulloso de agregar: “yo viví y ayude con los que más necesitaban”. No hay motivo para no ayudar, recuerden que aún hay zonas dónde la asistencia no llega y serán bienvenidos: alimentos no perecibles, carpas, ropa de abrigo, bidones de agua, enlatados, leche, arroz y aceite. Con respecto a medicinas: alcohol, gasas, antibióticos, antihistamínicos y antipiréticos.

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