domingo, 13 de enero de 2008

Solo es un sueño (Parte II)

Esta es la segunda parte del gran cuento de los sueños. A menudo sueño con que el blog es recomendado por Peru21. ¿Será un presagio de que estoy mejorando?

Comencemos diciendo que los sueños pueden caer bajo el aspecto de las más grandes hazañas inverosímiles, de las ideas más absurdas, de los hechos más abominables, de los miedos enfermizos, y de todo cuanto esté en la superficie subconsciente. Por ejemplo de niño, en sueños le declaré mi pueril amor a una muchacha del colegio, Gloria, y magistralmente no fui choteado, sino correspondido. Lo inverosímil, en este caso (no es el haber sido aceptado) es el valor de decírselo, porque recordemos que en las épocas mocosas yo era el chico más tímido sobre la faz de la tierra. En los sueños se nos podría ocurrir la panacea para el sida, de pronto se nos podría sobrevenir la solución para el conflicto de medio oriente, o (algo más cercano) la estrategia para llegar al mundial, pero a penas despiertos, resolveríamos en qué ideas más tontas y absurdas se nos ocurre (lo extraño es que en el sueño parece tan exacto, tan aplicable). En otro sentido, una vez soñé matar a un hombre, enterrarlo en el jardín de atrás y salir corriendo por los techos de las casas ante la mirada atónita de los vecinos. Sólo en los sueños, podemos sentir miedo a una manzana, o peor aún, una paloma podría hacernos orinar de miedo. En los sueños es que nos da miedo lo más inocuo del mundo, y valentía los hechos más siniestros del mundo.

A veces los sueños (no sólo mío) no guardan una secuencia lógica, y cuando uno las recuerda es semejante a un chiste de melcochita. Un rato puedo estar caminando con mi madre, y cual pronto tener a Lindsay Lohan al costado, entrar a un restaurante y luego salir de un retablo (no el de Comas), caminar por la vereda y toparte con tu hermano menor, que ahora es más grande y garbo que tú, subir a un carro, cruzar la avenida Tacna y llegar a un subterráneo con afiches del concierto del viernes de U2 y Pearl Jam en el estadio de San Marcos, hasta que finalmente llegas a tu casa y te espera tu esposa que no es otra que la vecina del costado. Despiertas sudoroso, felizmente solo es un sueño.

¿Quién no se ha soñado desnudo en plena calle a la salida del colegio? ¿Llegando a las justas a la universidad descalzo o sin mochila? ¿En calzoncillos en una combi llena de puras suegras sentadas y bellas señoritas candorosas paradas a tu costado? (Quizá este último solo yo) ¿Algunas vez no se han percatado de que están en pleno sueño, cobran consciencia de que sueñan, y tratan de guiar el sueño, de controlarlo y hacer de él una suerte de alter ego, donde se pueda hacer lo que queramos sin temor a la censura o al desapruebo? (Se imaginan tener licencia para matar) Y qué decir de los disque sueños premonitorios. En mi opinión, como diría Pizarro cuando le preguntan acerca de si Guerrero salió de la concentración: ¿En realidad están creyendo eso?

Sentado frente a la computadora, para intentar excitar mis neuronas tomo un gran sorbo de vino (glup!... mi mamá me mira con extrañeza) y afilo mis dedos para explicar en algo la naturaleza de los sueños. Inexorablemente tenemos que citar a Freud y el psicoanálisis. Uno de los descubrimientos que hace Freud es que las emociones enterradas en la superficie subconsciente suben a la superficie consciente durante los sueños. Eso quiere decir que nuestras emociones reprimidas se alojan en el subconsciente y son en el sueño donde estas se manifiestan, por ejemplo la emoción de ultimar a alguien. Absolutamente todos los sueños representan la realización de un deseo por parte del soñador. Eso quiere decir que si soñamos con Eva Méndez, no significa que vayamos a conocer a Evita durante un almuerzo en la cebichería de al frente de la universidad, sino que simplemente es un deseo abandonado en el subconsciente. Entonces mis sueños con que comencé a narrar la primera parte de esta entrada, representarían el miedo a la muerte, a quedarme estancado en alguna fase de la vida, en no saber cómo expresar mis sentimientos, en sentir que no voy hacia ningún lado.

Con respecto a los sueños desordenados, ilógicos y absurdos la teoría nos dice: “La "censura" de los sueños producen una distorsión de su contenido. Así que lo que puede parecer ser un conjunto de imágenes soñados sin sentido puede, a través del análisis y del método "descifrador", ser demostrado ser un conjunto de ideas coherentes.” Hay cosas que no quisiéramos contar a nadie, cosas que hicimos y dejamos de hacer, que nos volverían en los seres repudiados y señalados por el dedo acusador de los demás. Entonces ahí hay una censura, una censura inconsciente que hace que nuestros sueños se vean deformados, y que los consideremos desordenados, triviales y absurdos una vez despiertos, pero que guardan una carga subconsciente (un asesinato, una violación, un odio inexpugnable, un amor platónico) que sólo podría ser descifrado por un psicoanalista. ¿Se imaginan a Alan García sentado en un diván hablando de sus sueños?

Para el psicoanálisis para poder interpretar un sueño (que no es el fin, en sí mismo, sino el medio para resolver un conflicto interno) se debe distinguir entre dos cuestiones: el contenido manifiesto y el contenido latente. El contenido manifiesto es la secuencia con que discurre nuestro sueño, es la forma cómo se expresa el sueño; mientras que el contenido latente es el verdadero significado del sueño. Muchas veces como decía, los sueños pueden engañar a las personas deduciendo equivocadamente, guiándose por el contenido manifiesto e ignorando el verdadero significado del sueño, es decir, el contenido latente. Caminar descalzo, llegar desnudo a un lugar, a veces representa un sentido de no sentirse a la altura de un acontecimiento en su vida, o de la vida misma, también puede significar que se tiene miedo de que alguien averigüe algo que se prefiere esconder.

Finalmente, el sentido que le demos de un sueño puede diferir en cada uno de nosotros, ya que cada quien tiene una personalidad distinta al otro. Cada uno es consciente de que esconde, a qué le teme, que le angustia, o que anhela. Si vemos por ahí las cosas, quizá los sueños dejen de atormentarnos tanto, y sigamos soñando en salir dentro de los recomendados de Peru21.

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1 comentarios:

A las 16 de enero de 2008, 8:33 , Anonymous Anónimo ha dicho...

HOla Sr. wilmer, un gusto saludarlo y saber que esta bien. Muy buena entrada. Debo admitir que cuando me comentaste acerca de la distorsion del contenido de los sueños, no te entendi muy bien (por no decir nada), pero luego de leer la entrada no queda duda de que te haces entender, por lo menos en el medio escrito. Te cuento que a menudo me sueño que estoy jugando un partido de futbol y cuando estoy a punto de patear (estando solo en el arco)se me viene un calambre que me deja tendido en el piso gritando ¡mamaaaaá!. Bueno te deseo lo mejor, cuidate

 

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