Apología a la verdad (Miento…al hueveo)
A propósito, en lo que va del año (8 días) no he visto ningún comentario, ningún insulto, ninguna réplica, ningún ninguneo, ningún saludo, nada. Debo suponer que uno está en los proyectos de verano, los planes, las chicas, los chicos, y por lo tanto, mi blog pasa desapercibido, ni siquiera por mis amigos más cercanos. Dónde está Edy que me prometió comentar los fines de semana, Kathy, Luchy, Antonio, Palunguito, Carla, Armando, Yisseth, Careli, nadie. Espero con ansias sus voces ecuánimes en algunas de las entradas para poder responder como siempre, entre lo caricaturesco y lo melodramático.
Como verán el objetivo de esta entrada ha sido, y quiero ser sincero, quiero comenzar el año haciendo las cosas de la manera más transparente y sin vellosidades en la lengua (otra vez la digresión). àVolviendo al objetivo de la entrada: quemar tinta. O bueno como se llame a lo que se escribe por escribir sin mayor fin ni justificación. En ese sentido, esta entrada llamémosla “Apología a la verdad (Miento…al hueveo)” por carecer de ese sentido que le dan a los escritos ese aire de solemnidad. Sí, lo admito y me importa un bledo, comino, pepino o chicle que me tilden de mercader de palabras, cagatinta, cotorra de alcoba, tirano de la información y cosas similares. Esa carencia no tiene justificación, bien podría ahora no colgar este post, pero estaría hiendo en contra de lo que ya hice. El texto ya está escrito y colgado, y cuando leen esto (si es que lo leen, o como hace mi estimado Juan, alias Vaquita, sólo lee el título y comenta) no hay posibilidad al veto, sólo a la interpelación. Disculpen, la excesiva carga adolescente que tenga el post, pero así es pues, cuando en estos tres meses de vacaciones, uno se siente como recién salido del colegio, sin mayor plan que el de seguir el inglés, buscar chamba, y…ya saben.
(Y ahora viene el elocuente conector lógico de contraste) “Sin embargo”, no se den por defraudados, no todo está perdido en esta entrada, porque quiero rescatar el poco tiempo que les haya defraudado leer líneas arriba, para esbozar algunas ideas, en este blog, que tengo en mente. ¿Sudor? Así se llamó el primer post del año, y hacía referencias a lo excitante y escurridizo que se vuelen estos tiempos. Oh sí. Hay dos tipos de sudores: uno el inoportuno y jodido, y el otro, el satisfactorio y motivador. Si queremos saber del primero veamos un polo mojado debajo de las axilas o peor aún, viajemos en una combi a las 8 de la mañana, atiborrados como sardinas. ¿El olfato de Anita? El segundo, se trata de los sudores originados por un hecho voluntario que tiene como fin disminuir o moldear nuestra anatomía tonguesca, es decir los sudores del gimnasio, del footing, de la pichanguita, de los aeróbicos y de todo cuanto sea deliberado y deportivo. Producto de estos sudores nace la idea de “las nínfulas y viceversa”, que es una entrada en tercera persona a cerca de los contrastes de la vida: una niña que juega a ser mujer, y una señora que deslinda de la etiqueta de “señora”. Otra idea esbozada, en este post es acerca de mi amiga Laura, y los tiempos en los que viajábamos en la Cocharcas, prehistórica línea que es considerado un vestigio del parque automotor de los 70s. Luego está, una entrevista en exclusiva con la casaca marrón del autor del blog, que hablará desde el más absoluto estado de postración donde se encuentra. Bueno, esto es lo que espera a este espacio, mal llamado A punto de (…), en este mes de enero. Se despide (sin mayor recurso florezco) su amigo, casi sincero, Wilmer.
[Black hole sun - Soundgarden (1994)]
Etiquetas: BCP, Careli, Cocharcas, computrabajo, Kathy, Luchy, Palunguito, tongo, vaquita, Wilmer
1 comentarios:
...chapa tu comercio del domingo y ponte a buscar too el lunes y martes. Ten como 20 curriculuns en tu mochila para dejar. Sino haces eso no keda de otra.
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